1. Me es grato acreditar a Vuestra Excelencia como Embajador Extraordinario, a la vez que le doy mi más cordial bienvenida al iniciar la alta misión que su Gobierno le ha confiado.
Aprecio particularmente los sentimientos de cercanía y adhesión del Excmo. Sr. Presidente de la República, Don Martín Torrijos Espino, y del Gobierno del País, de los que Usted es portador, rogándole que les transmita mi deferente saludo, junto con mis mejores deseos de paz y bienestar para el querido pueblo panameño, que vive momentos de esperanza ante los desafíos de un mundo globalizado al cual hay que hacer frente con la solidaridad. Esta virtud ha de inspirar la acción de los individuos, de los gobiernos, de los organismos e instituciones internacionales y de todos los miembros de la sociedad civil, comprometiéndolos a trabajar para un justo crecimiento de los pueblos y de las naciones, teniendo como objetivo el bien de todos y de cada uno.
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